martes, 8 de diciembre de 2015

Modificacion del cuento de Octavio Paz :
             "El Ramo Azul"

Desperte,cubierta de sudor. Del piso emanaba un vapor caliente y humedo.

Una mariposa de alas violaceas volava un tanto encandilada al rededor del foco emanante de luz amarillenta. Salte de la incomoda cama y descalza cruze el cuarto, con un cuidado un tanto invisible para no pisar algun alacran al que se le alla ocurrido la magnifica idea de salir a tomar aire fresco.
Me hacerque a la ventana, haciendo un tanto imposible el respirat un poco de aire fresco y a la vez relajante que provenia del campo.

Se oia el resoyar de la noche, hermosa, femenina, delicada. Regrese al cuarto colocandome en el centro de la habitacion, tome el jarro de agua y coloque su contenido en el recipiente de peltre y humedeci la toalla. Me frote el torso y las piernas con el trapo mojado, me seque un poco y traz asegurarme nuevamente de que no hubiera un bicho entre los pliegues de mi ropa me vesti, baje trotando las escaleras tintadas de un color verde azulado. En la puerta del comedor me tope con el dueño, un sujeto misterioso y un tanto fel. Sentado en una silla bastante comoda y con los ojos entrecerrados . Con voz poco agradable me pregunto:
-¿A donde va señorita?
-A tomar un poco de aire, aqui realmente esta haciendo demaciado calor
- Ajam, todo esta cerrado y no hay alumbrado aqui. Mas te vale quedarte aqui, aqui no corres ningun peligro
- Ahora vuelvo
Pronuncie alzando los hombros y me introduci en lo obscuro de las sombras en las cuales al incio no logre distinguir nada. Encendi un cigarrillo. De la nada aparecio la resplandiente lena de entrelas nubes negras. Me detube, ciega de tanto resplandor. Observando todo a mi alrededor pude darme cuenta de que aunque la moche sea la mas obscura siempre tendra cierto toque de bellesa tan natural como todo lo nacido de la madre tierra. Alce la vista y pude apreciar un campo de estrellas hermosamente resplandecientes.
Camine un largo rato, despacio. Me sentia completamente libre, segura de mi y pronunciando palabras de una cancion casi inaudible me probocaban la sensacion de tener mi corazon en este momento extaciado de felicidad y libertad.

Al cruzar la calle, senti que alguien se desprendia del porche de una casa vieja, desgastada. Me di la vuelta, pero no alcanze a distinguir nada. Apresure el paso. Al cabo de unos minutos pude distinguir el sonido de unos huaraches sobre la piedra , y por el tiempo en el que se oia parecia caminar apresurado casi apunto de correr. No queria volverme, pero sentia a la persona acercarse cada vez mas, el miedo me inundaba, intente correr, pero no pude , me detube de golpe. Antes de que pudiera defenderme, senti la punta de un cuchillo